La luna está colgada del firmamento
y su luz tan brillante me abrasa los ojos
con su cálido fuego y su imagen cristal.
La luna se refleja como si fuera un prado,
un gran prado de plata difuminado y llano,
que no se mueve, como si muerto.
pero lleno de hermoso color siempre divino.
Los rayos se dispersan cayendo luminosos
y la luna los mira desde soberbia altura
parece que se junta el cielo con la plata,
y te invita a nadar en su fluida niebla.
La luna es la bombilla que refleja las penas
de algunas esperanzas
que estan en el mar muertas.
Mar Mediterraneo, (Marbella, 1983)